El estar allí significaba, un paso más en su camino. No evitando criticarse el hecho de dejar atrás sus acciones planeadas y metódicas. -¿Acaso se había dejado llevar por la emoción del momento?-, conocía su espíritu aventurero . Su alma de luchadora, la impulsaba a acciones de este tipo. Como todo, si su vida quedaba allí, era fruto de la aventura que había decidido emprender. “No viviría de arrodillas, prefería morir de pie”… Como decía su gran ídolo el Che. Tomo una larga ducha, que le permitió encontrarse con algo ajeno a ella , el llanto ,pero no el de tristeza o el que denota debilidad, el de rabia… por el orgullo herido. Dejó que sus lágrimas se mezclaran ; su alma la limpiaba el agua. Nunca se había sentido tan humillada en su vida, los golpes dolían, es cierto pero no tanto como el orgullo masacrado y algo que en realidad no soportaba . El fingir esa aparente vulnerabilidad y pasividad malsana. Una situación así en su vida, jamás la había imaginado, y vaya que había lidiado con cretinos, a los cuales inteligentemente había logrado dominar, con inteligencia y encanto. Por un momento imagino, lo que sentían las potrancas, cuando le colocaban el armes y la riata , luego de ser doblegadas a golpes y agotarlas hasta humillarlas, sometidas y finalmente domadas … Bajando la cabeza y doblegando su orgullo , dejando colocar la silla y la riata , para montarlas y cabalgarlas. Pero ahora era Ella, la mujer sin miedo, la fiera segura…Allí presa fácil en esta selva. Sin comprender que sucedía. ¿Acaso con el síndrome de Estocolmo?. Nadie hasta ese momento había logrado doblegar su orgullo, ni la había tratado de esa forma, y sin embargo allí inerte, con todas las armas para responder, y sometida por su propia conveniencia, -¿Que era esta impotencia, acaso lo que llamaban amor? . “ Ella fue enviada como carne de carnero,<o quizás no>. Como la guerrera que mataría los dragones que asechaban el reino”.
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